A la hora del Ángelus, Mons. Luis Ángel de las Heras presidía la celebración de la Eucaristía de la fiesta de Nuestra Señora de la Merced en la Capilla de la Virgen del Camino, de la S.I. Catedral de León.
El Prelado de la Diócesis legionense, en su homilía, indicaba que Jesús nos da a una Madre y nos hace hijos de esta Madre en aquella hora crucial de entrega y liberación. Ella es ciertamente la Madre de Dios, Virgen de la Merced, a la que nosotros estamos invitados para recibir en nuestro corazón (...) Ella nos acoge como hombres y mujeres redimidos, liberados con la entrega de su Hijo en la cruz (...) Ella es Madre, Ella es Mediadora de las gracias de Dios (...), de la liberación de Dios (...), es Compañera del camino de la vida, Compañera de celda, de patio, de corazón. Ella nos ayuda a sacar lo mejor de nosotros mismos y a superar aquello que no es bueno para nosotros ni para quienes nos rodean. Asimismo, Mons. Luis Ángel de las Heras compartía una reflexión y un testimonio de dos hermanos en prisión en estos momentos.
La Santa Misa tuvo un recuerdo especial hacia la dirección, los trabajadores (funcionarios y educadores) así como hacia las familias y los internos del centro penitenciario de Villahierro ante la imposibilidad de la celebración de esta fiesta en sus instalaciones debido a las restricciones impuestas por la pandemia del COVID-19. La Eucaristía, en la que participaron una representación de la Pastoral Penitenciaria y de voluntarios de Cáritas Diocesana de León, culminaba con unas palabras de D. Domingo del Blanco (Capellán del centro penitenciario anteriormente mencionado) que mostraban la gratitud de los interior hacia el Señor Obispo de la Diócesis de León y quien pidiese un saludo para ellos a los fieles congregados en torno a la Virgen de la Merced.